El cerebro humano

En el ser humano el cerebro es totalmente recubierto de una estructura cortical, la corteza cerebral. Es gracias a la complejidad de esta estructura que se deben nuestras capacidades sensoriales, motoras y perceptivas, la memoria y otras funciones, como el lenguaje, la conciencia, la capacidad lógica, la previsión de las consecuencias de las acciones y la creatividad.

El cerebro, equivalente al telencéfalo, está formado por dos masas simetrícas, los así llamados hemisferios cerebrales; casi todas las regiones de los dos hemisferios se conectan internamente por medio del  cuerpo calloso, el cual es una banda ancha de sustancia blanca que contiene axones que van de un hemisferio a otro y permite cambiar la información entre ellos.

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El aprendizaje de un idioma interesa ambos los hemisferios cerebrales, el derecho y el izquierdo:

  • el hemisferio derecho coordina la actividad visual y está implicado en la percepción global, simultánea y analógica del contexto y permite la comprensión de los elementos metafóricos, connotativios y de ironía. Recoge las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total. Integra varios tipos de información (sonidos, imágenes, olores, sensaciones) y los transmite en su totalidad;
  • el hemisferio izquierdo tiene la tarea de elaborar la lengua y está implicado en la percepción analítica, secuencial, lógica (relaciones causa-efecto, espacio-temporal) y permite la comprensión de los aspectos denotativos. El hemisferio izquierdo es la parte motriz capaz de reconocer grupos de letras formando palabras, y grupos de palabras formando frases, tanto en lo que se refiere al habla, a la escritura, a la numeración, a las matemáticas y a la lógica, como a las facultades necesarias para transformar un conjunto de informaciones en palabras, gestos y pensamientos.

La adquisición de una lengua procederá entonces al activar ambos los hemisferios. Según el concepto de direccionalidad, en el proceso de aprendizaje el cerebro procederá desde el hemisferio derecho, implicado en forma global (globalidad, visualización, contexto, analogía, simultaneidad), al hemisferio izquierdo, implicado de manera analítica para sistematizar los conocimientos de manera racional (análisis, consignación, lógica, secuencialidad), pues procede “del contexto al texto”.

El método directo

El método directo de enseñanza de lenguas extranjeras, también conocido como método natural, parte del principio de enseñar el idioma mediante el uso exclusivo de la lengua estudiada. Ese método se basa en los supuestos naturalistas del aprendizaje de una lengua, es decir, en la convicción de que el proceso de aprendizaje de una segunda lengua es similar al proceso de adquisición de la primera lengua. Este método es el producto de las ideas introducidas por el movimiento de reforma, surgido a finales del siglo XIX. Fue uno de los primeros intentos de construir una metodología de la enseñanza de lenguas basada en la observación del proceso de adquisición de la lengua materna por parte de los niños. Fue introducido en Francia y Alemania a principios del siglo XX y ampliamente conocido en los Estados Unidos gracias a L. Sauveur y a M. Berlitz, quienes lo aplicaron en sus escuelas.

El método directo nace como una reacción al método de gramática-traducción y forma parte de los métodos prácticos, dentro de los que se destacan el método natural, el psicológico, el fonético y el de la lectura.

El crecimiento industrial, la internacionalización del comercio y la expansión colonial constituyeron pre-requisitos de su surgimiento.

Saber un idioma significa ser capaz de hablarlo. Este método hace hincapié en el hecho de que un idioma extranjero puede ser enseñado sin traducir, a diferencia del método de gramática-traducción. En lugar de traducir el material de enseñanza, el profesor tiene que utilizar el idioma de destino, ya que un idioma se puede enseñar mejor usandolo en el aula.

Se le llama método directo porque trata de establecer una conexión directa entre la palabra extranjera y la realidad a la que ésta indica, es decir asociar las formas del habla con las acciones, objetos, gestos y situaciones, sin la ayuda de la lengua materna. El profesor repite una palabra referiéndose al objeto que ésta denota y lo hace tantas veces hasta que el estudiante la pueda reproducir. Entonces el profesor no debe explicar el significado de una palabra, sino asociarlo con ilustraciones, demostraciones y ejemplos.

Este método enfoca su atención en el desarrollo de las cuatro habilidades, empezando por el habla, donde la expresión oral se convierte en la habilidad básica; se ignora la existencia de la lengua materna, subrayando el hecho de que el aprendizaje de la lengua extranjera y de la lengua materna constituyen procesos similares. Además se elimina la traducción como método de enseñanza, así como le pasa a la lectura; este método estimula también la enseñanza inductiva de la gramática y el uso de los medios visuales, ejercicios orales y escritos. Se evitan los errores a toda costa, puesto que un error genera un hábito incorrecto.

En resumen, este método se basa sobre los siguientes principios:

  • uso exclusivo de la lengua meta;
  • enseñanza de vocabulario y estructuras de uso cotidiano;
  • enseñanza inductiva de la gramática;
  • desarrollo de las destrezas de comunicación oral de forma progresiva y graduada mediante el intercambio de preguntas y respuestas entre profesores y alumnos;
  • introducción oral de los nuevos contenidos de enseñanza;
  • uso de la demostración, de objetos y dibujos en la introducción del vocabulario concreto, y de la asociación de ideas en la introducción del vocabulario abstracto;
  • enseñanza de la expresión y de la comprensión oral;
  • énfasis en la pronunciación y en la gramática.

Este método se caracteriza por ser imitativo, asociativo e inductivo: la lengua se aprende mediante la imitación de un modelo lingüístico y la memorización de frases y pequeños diálogos; el léxico se adquiere mediante asociaciones y las reglas gramaticales se inducen por medio de la observación de los ejemplos. El profesor, preferentemente hablante nativo de la lengua que enseña, es el verdadero protagonista de la clase: no sólo es modelo de lengua sino que debe tener iniciativa y dinamismo para crear la necesaria interacción en el aula.

The natural approach

In the late 1970s and early 1980s, Tracy Terrell, a Californian education theorist, along with Stephen Krashen, a linguist at the University of Southern California, developed a new method of language teaching, which aims to foster the natural acquisition of a language. It is based on the language acquisition theory, which was developed by Krashen himself.

This kind of approach was originally developed in 1977 by Terrell, whose aim was to create a new teaching method, in which language plays an important role, by putting the emphasis on comprehension and communication. According to Krashen and Terrell, the main problem of the other methods is that they focus on the grammatical component, rather than focusing on the nature of language itself. In fact, in the natural approach language learning is a reproduction of how humans naturally acquire language. This method rejects earlier methods such as the audio-lingual method and the situational language teaching approach, which Krashen and Terrell believe were not based on “actual theories of language acquisition but theories of the structure of language.

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The native language should not be used in the classroom: the students should be exposed to a lot of vocabulary and many activities should be carried out. The natural approach was a method for beginners, based on observation and interpretation on how a person acquires his or her first language. Moreover, its aim is to help students immediately. It rejects the formal organization of language: in fact, it is not based on grammar, but it is based on communication. It also emphasizes comprehensible and meaningful practice activities, rather than the production of grammatically perfect sentences. This method is based on the use of language in communicative situations without recourse to the native language and without any reference to grammatical analysis. The natural approach is based on the principles of a naturalistic language learning process, especially when dealing with children. As previously mentioned, the central component of language is not grammar, but communication: in fact language is viewed as a vehicle for communicating meanings and messages.