El método directo

El método directo de enseñanza de lenguas extranjeras, también conocido como método natural, parte del principio de enseñar el idioma mediante el uso exclusivo de la lengua estudiada. Ese método se basa en los supuestos naturalistas del aprendizaje de una lengua, es decir, en la convicción de que el proceso de aprendizaje de una segunda lengua es similar al proceso de adquisición de la primera lengua. Este método es el producto de las ideas introducidas por el movimiento de reforma, surgido a finales del siglo XIX. Fue uno de los primeros intentos de construir una metodología de la enseñanza de lenguas basada en la observación del proceso de adquisición de la lengua materna por parte de los niños. Fue introducido en Francia y Alemania a principios del siglo XX y ampliamente conocido en los Estados Unidos gracias a L. Sauveur y a M. Berlitz, quienes lo aplicaron en sus escuelas.

El método directo nace como una reacción al método de gramática-traducción y forma parte de los métodos prácticos, dentro de los que se destacan el método natural, el psicológico, el fonético y el de la lectura.

El crecimiento industrial, la internacionalización del comercio y la expansión colonial constituyeron pre-requisitos de su surgimiento.

Saber un idioma significa ser capaz de hablarlo. Este método hace hincapié en el hecho de que un idioma extranjero puede ser enseñado sin traducir, a diferencia del método de gramática-traducción. En lugar de traducir el material de enseñanza, el profesor tiene que utilizar el idioma de destino, ya que un idioma se puede enseñar mejor usandolo en el aula.

Se le llama método directo porque trata de establecer una conexión directa entre la palabra extranjera y la realidad a la que ésta indica, es decir asociar las formas del habla con las acciones, objetos, gestos y situaciones, sin la ayuda de la lengua materna. El profesor repite una palabra referiéndose al objeto que ésta denota y lo hace tantas veces hasta que el estudiante la pueda reproducir. Entonces el profesor no debe explicar el significado de una palabra, sino asociarlo con ilustraciones, demostraciones y ejemplos.

Este método enfoca su atención en el desarrollo de las cuatro habilidades, empezando por el habla, donde la expresión oral se convierte en la habilidad básica; se ignora la existencia de la lengua materna, subrayando el hecho de que el aprendizaje de la lengua extranjera y de la lengua materna constituyen procesos similares. Además se elimina la traducción como método de enseñanza, así como le pasa a la lectura; este método estimula también la enseñanza inductiva de la gramática y el uso de los medios visuales, ejercicios orales y escritos. Se evitan los errores a toda costa, puesto que un error genera un hábito incorrecto.

En resumen, este método se basa sobre los siguientes principios:

  • uso exclusivo de la lengua meta;
  • enseñanza de vocabulario y estructuras de uso cotidiano;
  • enseñanza inductiva de la gramática;
  • desarrollo de las destrezas de comunicación oral de forma progresiva y graduada mediante el intercambio de preguntas y respuestas entre profesores y alumnos;
  • introducción oral de los nuevos contenidos de enseñanza;
  • uso de la demostración, de objetos y dibujos en la introducción del vocabulario concreto, y de la asociación de ideas en la introducción del vocabulario abstracto;
  • enseñanza de la expresión y de la comprensión oral;
  • énfasis en la pronunciación y en la gramática.

Este método se caracteriza por ser imitativo, asociativo e inductivo: la lengua se aprende mediante la imitación de un modelo lingüístico y la memorización de frases y pequeños diálogos; el léxico se adquiere mediante asociaciones y las reglas gramaticales se inducen por medio de la observación de los ejemplos. El profesor, preferentemente hablante nativo de la lengua que enseña, es el verdadero protagonista de la clase: no sólo es modelo de lengua sino que debe tener iniciativa y dinamismo para crear la necesaria interacción en el aula.

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